Altea
Altea es un municipio de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, situado en la Costa Blanca. Es conocido por su encantador casco histórico, con su inconfundible iglesia de Nuestra Señora del Consuelo y su calle principal, la Calle Mayor, flanqueada por edificios de estilo modernista y las típicas casas blancas que lucen muchos de los pueblos mediterráneos.
Altea es también conocida por su vida cultural y artística. Cuenta con una gran cantidad de galerías de arte y museos, así como con numerosos festivales y eventos culturales a lo largo del año. La gastronomía de Altea es otro atractivo importante, con platos típicos como el arroz a la alteana y el caldo a la alteana, así como una amplia variedad de pescados y mariscos frescos.
Es miembro de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo promocionar y preservar el patrimonio cultural y natural de los pueblos y ciudades españolas. Los pueblos que reciben este distintivo deben cumplir con una serie de criterios, como tener un patrimonio histórico y cultural relevante, un entorno natural atractivo y una oferta turística diversa y de calidad. Criterios que Altea supera con creces.
Las playas de Altea
Altea cuenta con más de 8 km de costa, que alternan zonas de acantilado y pequeñas calas para disfrutar del sol, darte un baño, leerte un buen libro o explorar los fondos marinos.
Sus playas más conocidas son:
- La Playa de Cap Blanch, es la primera playa de Altea que encontramos, colindante con la playa del Albir. Al igual que el resto de playas de Altea, es una playa de piedras de canto rodado. Tiene bandera azul, por lo que nos aseguramos que la calidad de sus aguas es óptima. Tiene numerosos restaurantes a sus alrededores y pubs donde puedes disfrutar de la vida nocturna. Justo después de la playa propiamente dicha, encontramos un tramo más rocoso, donde la gente local suele ir a pescar. Este tramo esconde muchos detalles de la vida antigua del pueblo que muy pocos conocen, como un antiguo lavadero (Lavaderos en Sénia de Cana) o las ruinas sumergidas de un búnker de la guerra civil. Si seguimos caminando por este largo paseo llegaremos al Club Náutico y puerto de Altea.
- Playa de la Roda. Muy cercana al núcleo urbano y con buena accesibilidad, atrae a aficionados al deporte, ya que es un buen lugar para practicar deportes náuticos como el windsurf, el kayak y el submarinismo entre otros, además de jugar al voleibol gracias a las redes de la playa.
- La Playa de l'Espigó. Es la playa principal de Altea, ya que se encuentra justo enfrente de su centro urbano y en el lado derecho de la desembocadura del rio Algar. Es una playa de grava y bolos que, a pesar de ser la principal playa de Altea, no está nunca masificada y es bastante tranquila. En su paseo, renovado a finales de 2022, encontramos diferentes restaurantes, tiendas de ropa, heladerías y una vista estupenda hacia el peñón de Ifach en Calpe y hacia el Albir. Al final de la playa, justo donde se encuentar el espigón que le da nombre, se conecta con la playa de Cap Negret.
- La Playa del Cap Negret, situada en el lado izquierdo de la desembocadura del río Algar, es simplemente una de las mejores playas de Altea por su tranquilidad y por otra diferencia: el tramo de playa es más plano y los guijarros son algo más pequeños que en el resto de las playas de Altea, por lo que puede que la experiencia del baño sea también más agradable. Esta playa es también famosa por estar ubicada a espaldas del Hotel Cap Negret. Quizás te preguntes por el nombre de Cap Negret (Cabo Negrito en valenciano), y es que el nombre le viene por el color oscuro de las rocas que se encuentran en ella, procedentes de un afloramiento volcánico de enorme interés científico. La cala Soio y sus alrededores son el mejor lugar para contemplar este lugar úncio en la Costa Blanca. ¡Ah! Y si en la playa de Cap Blanch podíamos ver un búnker sumergido, en la de Cap Negret podemos ver las ruinas de otro búnker de la guerra civil, justo en la orilla del mar.
- La Playa de la Olla, con un pequeño islote que emerge a 500m de la playa, es otra de las maravillas de Altea. En ella se celebran todos los años el famoso Castell de l'Olla, espectaculares fuegos artificiales que atraen a más de 50.000 turistas cada año. Al final de la playa de l'Olla se encuentra el lujoso complejo hotelero de Villa Gadea.
- En las faldas de la magnífica Sierra de Bèrnia, y muy cercano a la urbanización de Altea Hills, se encuentra la Cala del Mascarat, donde también encontraremos el Puerto Deportivo de Campomanes y donde encontrarás todo tipo de deportes acuáticos para alquilar motos de agua, kayaks, paddle surf y un largo etcétera.
Y si eres amante de los animales, Altea también cuenta con varias playas donde admiten perros y podrás disfrutar con tu compañero de cuatro patas.
Casco Antiguo de Altea
El casco antiguo de Altea es una delicia visual con un ambiente encantador que respira la magia del Mediterráneo, con sus fachadas de color blanco y las aceras hechas de piedra parece que el tiempo se detiene. Es fácil querer dejarse perder por estas calles en las que encontraremos diferentes plazas con mucho encanto, restaurantes con inmejorables vistas, tiendas artesanales, miradores con vistas inmejorables y por supuesto la emblemática Iglesia del Consuelo famosa por su distintiva cúpula de azulejos blancos y azules que se puede apreciar desde varios pueblos vecinos.
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Las iglesias de Altea
Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en Altea es en la famosa cúpula azul de su iglesia, la que le da el sobrenombre de la Cúpula del Mediterráneo. Pero esta no es la única iglesia que se encuentra en Altea. Tanto si somos católicos como si simplemente nos encanta la arquitectura e historia de estos templos, Altea ofrece una lista de bonitas iglesias y ermitas que contemplar y visitar.
- La iglesia más conocida es, sin lugar a dudas, la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, una impresionante iglesia con estructura de estilo gótico situada en el caso antiguo de la ciudad, en la plaza de la Iglesia. Esta es la iglesia con sus famosas cúpulas azules que a tantos turistas ha enamorado. La iglesia fue construida en el siglo XV y ha sido renovada varias veces a lo largo de los siglos. Cuenta con una torre imponente y una fachada decorada con esculturas y relieves. La plaza donde se encuentra tiene restaurantes, heladerías, tiendas de ropa de estilo mediterráneo y un espectacular mirador donde seguro que querrás hacerte más de una foto.
- Iglesia del convento de San Francisco. Se ubica en pleno centro urbano, cerca del ayuntamiento y de la playa. Construida durante el siglo XVIII, el convento y el albergue se levantaron con la contribución de los frailes y las donaciones de algunas familias. De este conjunto sólo queda la iglesia de San Francisco, que es un templo de una sola nave cubierta por bóveda de medio punto con sus arcos adosados.
- Ermita de Sant Roc. Se encuentra cercana al río Algar, entre las partidas L'Horta y Quintanes. Se erigió en el siglo XIX y sus fiestas se celebran en honor a San Roque, el primer domingo de agosto.
- Ermita de Sant Lluis. Ubicada cerca de la partida Barranquet, se trata de una pequeña ermita que se sitúa en lo alto de una colina y desde donde se divisan unas bonitas vistas de Altea.
- Ermita de Sant Tomás, localizada en Cap Negret.
- Ermita de San Antonio de Padua y San Jaime, en Cap Blanch. Conocida también como la ermita de Cap Blanc, está situada a 2 kilómetros de Altea en dirección Benidorm.
- Parroquia de Santa Anna, en Altea la Vella.
- No podemos olvidarnos de la iglesia ortodoxa de Altea, cuyo nombre real es el Templo del Arcángel Miguel. Se trata de la primera iglesia ortodoxa rusa construida en España y se ubica cerca de la urbanización Altea Hills, accesible desde la carretera nacional N332 en dirección a Calpe. Se empezó a construir el 21 de noviembre de 2002 y, como curiosidad, tanto el material como la mano de obra en la construcción de la iglesia fueron exclusivamente de origen ruso.
Golf en Altea
A pocos minutos del centro de Altea tenemos la oportunidad de disfrutar de campos de golf de gran calidad que si eres amante del golf no te puedes perder, abren sus puertas todo el año, con horarios muy flexibles adaptándose así a sus clientes. Todos ellos cuentan con minuciosos cuidados para sacar el máximo partido de cada jugada. Además todos ellos ofrecen restaurantes con gastronomía de la zona y cuentan con pistas donde cabe destacar la belleza de sus vistas tanto de la sierra como del mar mediterráneo. ¡No pierdas la oportunidad de jugar al Golf en una de las zonas con mejor clima!
Altea Club de Golf
En las inmediaciones de la urbanización de Altea Hills se alza orgulloso el prestigioso Club de Golf de Altea (anteriormente conocido como Don Cayo Golf), con más de un siglo de historia. Además de todo lo que se puede esperar de un excelente club de golf, también ofrece ventajas como una escuela de golf, un centro de fitness bien equipado (Bernia Fitness) y dos campos de petanca. También suele ser un lugar de celebración de bodas y eventos.
Dirección: Sierra Altea Golf s/n 03599 Altea la Vella
Gastronomía en Altea
Cuando hablamos de Altea, sin duda nos viene a la mente su variada y deliciosa gastronomía basada en la dieta Mediterránea. La gastronomía en Altea es muy rica y desde el ayuntamiento se organizan varias rutas gastronómicas en las que participan varios restaurantes para poner en valor los platos y productos típicos y de temporada. Arroces, pescados y productos de la huerta son la base de gastronomía de Altea, fruto del trabajo y cariño por sus tierras y su mar. Si nos preguntan dónde comer en Altea, las sugerencias son infinitas. Son muchos los restaurantes de calidad en Altea donde disfrutar de platos exquisitos y sabrosos en un entorno incomparable, como son el paseo marítimo, el casco antiguo o la plaza de la Iglesia entre otros.
Fiestas de Altea
En Altea la cultura se palpa en cada uno de sus rincones, no en vano es la “Capital Cultural” de la Comunidad Valenciana.
Aquí puedes disfrutar de sus fiestas durante todo el año, aunque la mayoría se concentran en verano, entre muchas otras tenemos las de Moros i Cristianos o por ejemplo las de San Lorenzo que se celebran entre el 10 y el 13 de Agosto, donde cabe destacar la noche del Castillo de la Olla, que consigue atraer a más de 50.000 espectadores a las que deleitar con un estallido de luz y pólvora, una inolvidable fiesta donde la bahía de Altea es la protagonista.
Castell de l’Olla
Altea es probablemente más famosa por tener el maravilloso festival que es el Castell de l'Olla, un festival de pirotecnia único en el mundo. Tiene lugar el sábado más cercano al día de San Lorenzo, el 10 de agosto, y es un evento piromusical mundialmente famoso que consiste en un "castillo" (de ahí el nombre - Castell) de fuegos artificiales que se lanzan al mar, dando lugar a una impresionante combinación de luz (su belleza se duplica por el reflejo en el agua), pólvora y música. El espectáculo suele incluir una palmera dorada que se eleva hacia el cielo nocturno. Más de 50.000 personas acuden cada año a disfrutar del espectáculo, algunas sentadas en la playa, otras desde barcos alquilados para tener una mejor visión. El evento tiene sus raíces en un homenaje al pirotécnico local Blas Aznar, "el tío Blai, el cohetero", fallecido hace ahora más de 30 años. El castillo de fuegos artificiales es un gesto de máximo respeto a este hombre, una forma de honrar su memoria, y de regalar a todos los espectadores una belleza milagrosa. El espectáculo es tan famoso, de hecho, que gente de toda la Comunidad Valenciana, de diferentes puntos de España e incluso desde otros lugares de Europa, viene expresamente a verlo, y como el pequeño pueblo de Altea no tiene habitaciones suficientes para alojar a todos, esa noche circulan trenes especiales desde otras ciudades cercanas, para que todos puedan disfrutar de la fiesta.
Pascua
Cuando llega la Semana Santa, los habitantes de Altea celebran procesiones solemnes por todo el pueblo durante la Semana Santa, con un vívido toque dramático. También hay un carnaval previo, que representa tradicional y simbólicamente la última oportunidad de divertirse antes de que comience la Cuaresma.
Sant Antoni del Porquet
Hablando de Cuaresma (o más bien de lo que podemos permitirnos en su ausencia), Altea tiene una fiesta especial dedicada al cerdo. No es de extrañar, ya que la carne de cerdo está muy presente en la gastronomía española, con los tradicionales jamones colgados en los techos de los bares, los cochinillos como plato principal en las comidas de celebración y los rabos o las manitas de cerdo para hacer un buen guiso. Nada se desperdicia, cada parte del animal se aprovecha. La fiesta tiene lugar a mediados de febrero, y consiste en un desfile por el casco antiguo a mediodía, tras el cual todos comparten un abundante plato de arroz, cantan canciones y bailes populares y, finalmente, degustan un delicioso cerdo asado, la estrella definitiva del espectáculo, por así decirlo.
Encontes
Del 15 al 20 de mayo, se presenta una increíble oportunidad de conocer más de cerca la cultura española con el Festival de Narración Oral Encontes, una celebración del ancestral arte de contar historias. Se organizan decenas de actos que entretienen a los afortunados visitantes con cuentos y canciones. Cualquiera, tanto niños como adultos, encontrará algo que satisfaga su gusto.
Moros y cristianos
Y ahora, probablemente el festival más espectacular de todos.
Cada año, muchas ciudades españolas participan en una guerra simbólica entre moros y cristianos para conmemorar los 500 años de dominio musulmán sobre gran parte del territorio que hoy constituye España y su fin en el siglo XV en el transcurso de la Reconquista. La Reconquista consistió en una serie de campañas de los reinos cristianos para recuperar los territorios que habían perdido a manos de los moriscos. La palabra moros fue utilizada por los europeos en la Edad Media para referirse a los musulmanes que habitaban el Magreb, la Península Ibérica, Sicilia y Malta. La fiesta dura varios días, y se supone que representa la caída de la ciudad en manos de los musulmanes para luego recuperarla. El cuarto fin de semana de septiembre, el viernes, la fiesta comienza con un repique de campanas y un cañonazo. Los habitantes de la ciudad se dividen en grupos y se disfrazan de los dos bandos del conflicto, y representan batallas en el casco antiguo y en la playa. Además de las luchas, la fiesta incluye desfiles con disfraces pomposos inspirados en la moda medieval. Los que hacen de cristianos van a caballo y llevan pieles, cascos metálicos y armaduras. Disponen de arcabuces que disparan con fuerza y orgullo. Por el contrario, los que se convierten en moros durante el fin de semana cabalgan en camellos o elefantes y llevan trajes árabes antiguos. Un festival realmente increíble y cautivador del cual podemos disfrutar cada año.